La cirugía para el cáncer de piel
es un conjunto de procedimientos quirúrgicos que se utilizan para extirpar tumores cutáneos malignos, como el carcinoma de células basales, el carcinoma de células escamosas y el melanoma, que son los tipos de cáncer de piel más comunes. Estos procedimientos están diseñados para eliminar el tumor y, en la medida de lo posible, minimizar el daño a los tejidos sanos circundantes Los tipos de cirugía para el cáncer de piel incluyen:
Curetaje y electrodesecación: En este procedimiento, el cirujano raspa el tumor con una cureta (un instrumento en forma de cuchara) para eliminar las capas del tumor. Luego, se aplica una corriente eléctrica para destruir cualquier célula cancerosa restante.
Escisión: En la escisión, el cirujano corta el tumor y una pequeña cantidad de tejido sano circundante. Luego, se sutura la herida. Este método es común para tumores más grandes o en áreas donde la función y la estética son importantes.
Mohs: La cirugía de Mohs es un procedimiento altamente especializado utilizado para tratar cánceres de piel de alto riesgo y aquellos que están ubicados en áreas donde se desea preservar la función y la estética. El procedimiento implica extirpar el tumor en capas sucesivas y examinar cada capa de tejido para verificar si aún contiene células cancerosas. Esto se repite hasta que se haya eliminado todo el tumor. La cirugía de Mohs tiene tasas de éxito muy altas y minimiza la cantidad de tejido sano eliminado.
Linfadenectomía: En casos de melanoma avanzado o cuando el cáncer se ha propagado a los ganglios linfáticos, se puede realizar una linfadenectomía. Esto implica la extirpación de los ganglios linfáticos afectados.
Amputación: En casos muy avanzados de melanoma que han invadido profundamente la piel y los tejidos subyacentes, puede ser necesario amputar la extremidad afectada.